Creo que el agua es el ingrediente más importante de un buen pan, es por eso que los panes de pueblo son tan ricos, tienen el sabor del agua del lugar, es lo que les da identidad y los hace únicos.
En esta ocasión el agua será proporcionada por los tomates, llenos de agua tomada de la tierra de algún hermoso lugar.
El resultado: Un pan cargado de sabor y de un color anaranjado muy atractivo.
Ingredientes:
1 taza de puré de tomate
1/2 cebolla
1 diente de ajo
2 cucharadas de miel
1 cucharada de levadura seca
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de pimentón
3 tazas de harina
2 tomates sin piel
Aceite de oliva
Romero fresco
Sal gruesa
Preparación:
Cortar la cebolla y el ajo y dorarlos en un poco de aceite de oliva, retirar del fuego, agregar el pimentón y revolver. Añadir el puré de tomate, la miel, la sal, un puñado de romero y una cucharada de aceite de oliva. Licuar y reservar.
Mezclar la harina y la levadura en un bol, ir agregando de a poco la preparación anterior, hasta obtener una masa homogénea. Amasar y dejar leudar dentro del bol por una hora.
Desgasificar la masa (aplastarla y amasarla un poco), darle forma e introducirla en un molde. Colocarle por encima los tomates cortados en gajos, hojas de romero, sal gruesa y un chorro de aceite de oliva. Dejar leudar dentro del molde por 1/2 hora.
Cocinar en horno precalentado hasta dorar (1/2 hora aprox.). Dejar enfriar y disfrutar.